Introducirnos en el apasionante mundo de la Astrología implica ante todo comprender la inmensa influencia que tiene el comportamiento de los planetas en la formación de nuestra personalidad y en nuestra vida cotidiana desde el preciso instante de nuestro nacimiento.
La Luna por su parte, influye en absolutamente todo lo que nos rodea: En la naturaleza y, por supuesto, también en las personas afectando nuestro humor, nuestros sentimientos y emociones. De dicha influencia precisamente proviene la definición de “lunático”. Veamos entonces cómo influyen las fases de este astro en nuestras vidas y en nuestros proyectos.
Fases lunares y su influencia en nuestra vida diaria
Las fases de la Luna son cuatro: Luna Nueva, Luna Creciente, Luna Llena y Luna menguante. En cada una de esas etapas del comportamiento lunar es posible apreciar diferentes comportamientos en nuestra conducta y en la clase de sentimientos y sensaciones que experimentamos en virtud de la influencia lunar. ¿Quieres conocerlas?
Luna nueva
La luna nueva es la primera fase lunar. Representa el principio, los inicios, por ello es una poca propicia para empezar actividades o proyectos. Es el momento de plantar la semilla para recoger más adelante la cosecha, en cualquier tipo de proyecto: negocios, amor, amistades… Son también momentos adecuados para abordar problemas de salud. La luna nueva es un periodo de intensa energía que conviene aprovechar.
Luna creciente
Es la segunda fase, la que discurre entre la luna nueva y la luna llena. Buen momento también para los comienzos, para realizar los planes que hemos ideado durante la luna nueva. Una fase adecuada especialmente para atraer todo aquello que deseamos: trabajo, amor y e incluso hijos, es el momento ideal para parejas que quieren tener descendencia. Se trata de una etapa en la que todo fluye, se mueve hacia delante, por eso es también un momento ideal para emprender viajes. Gran época también para estrenar casa o coche.
Luna llena
La tercera fase de la luna es la más vital, la más positiva. Ideal para iniciar cualquier tipo de actividad porque es una etapa de plenitud, de crecimiento. Una etapa llena de luz que transmite fuerza y energía. Momento ideal para el crecimiento personal, para el enriquecimiento interior, para iniciar una relación y confesar nuestros sentimientos. Pero también es cierto que es una etapa que puede provocar grandes alteraciones en los seres humanos.
En el aspecto sentimental, la luna llena es el momento de la exaltación de lo sentimientos, de dejar atrás los miedos. Sin embargo, si esos sentimientos no son positivos la luna llena puede ser realmente peligrosa por ese enardecimiento que provoca en los ánimos.
Luna menguante
Cuarta fase de la luna, ente la luna llena y la luna nueva. Momento de alejar de nuestras vidas lo que no queremos o no nos conviene. No es buen momento para iniciar ningún tipo de actividad, es, además, una época negativa, de pesimismo, de tristeza. Es, en cambio, el momento ideal para finalizar proyectos ya empezados y reorganizarse para empezar nuevos. Afectivamente, es época de miedos y pensamientos negativos. Por eso es el momento ideal de comenzar una cura contra el estrés.
Y mucho cuidado con la denominada “luna negra”, que son los tres días previos a la primera noche de luna nueva. Días en lo que es mejor dedicarse a la relajación y olvidarse de tomar decisiones importantes o emprender proyectos.